A perro flaco todo se le vuelven pulgas. Los socialistas avanzamos imparables hacia la crisis definitiva, la que se nos vendrá encima tras las elecciones catalanas, en las que todo hace presagiar un nuevo desastre para el PSOE. Esta es la situación: el PSOE ya ha probado la hiel de una crisis electoral, primero en las municipales y autonómicas, después en las generales y hace dos semanas en Euskadi y Galicia.La falta de resultados ha reabierto heridas que quedaron sin cerrar tras el congreso que eligió a Rubalcaba como líder por un puñado de votos. Sin tiempo para afrontar la segunda de sus crisis, la del liderazgo de la actual dirección socialista, aparece en el horizonte inmediato la tercera crisis, la territorial.
El desafío de Artur Mas está arrastrando a todos los partidos nacionales a situaciones límite. El PP ha pasado en pocas semanas de alimentar la confrontación con Catalunya a rozar el ridículo con un vídeo en el que declara amarla tanto. En el PSOE nos han cogido con el pie cambiado. Como en Galicia, el adelanto electoral en Catalunya nos ha pillado con un candidato de urgencia.
A la falta de cartel electoral se suma ahora la incoherencia de mensajes con el PSOE federal. Rubalcaba dejó claro que no comparte el programa del PSC, que apoya el «derecho a decidir» de los catalanes. El lío es de enormes dimensiones. ¿Qué hará un votante socialista catalán al que se le mandan esos mensajes contradictorios? ¿Cómo sabrá qué votar si sus líderes no se ponen de acuerdo? ¿Será este el principio de la escisión de PSOE y PSC?
Los socialistas tenemos tres crisis abiertas. La electoral, la de liderazgo y la territorial. Tras el 25N, la solución a la primera puede esperar, porque no hay previstas más elecciones hasta las europeas de junio de 2014. La dirección del PSOE trata de amainar la segunda, la del liderazgo, con la promesa de una regeneración de ideas y de discurso que les permita reconectar con los ciudadanos desencantados. Eso estoy por verlo.
Pero ninguna nos hará tanto daño como la tercera, porque sin los electores catalanes el PSOE no podrá volver a gobernar España. Ante este panorama, soy de los que piensa que es urgente hacer cambios.
Necesitamos con rapidez una convención que marque el rumbo ideológico del partido. Que establezca el dónde estamos, cómo estamos y a dónde queremos llegar, para posteriormente llevar a cabo un relevo ejemplar. Porque ahora es el momento de los valientes. Es el momento de que esa hornada de jóvenes dirigentes socialistas que esperan su oportunidad, se hagan con las riendas del partido y lo renueven, lo acerquen a la ciudadanía y lo pongan en hora.
Como diría Patxi López, «nuestro viejo partido se está convirtiendo en un partido viejo», y eso hay que evitarlo. Hay que dar un paso adelante y tomar las decisiones que hay que tomar. Es la hora de los valientes y de las «jóvenes promesas» del partido, y hay que hacerlo ya, porque de lo contrario, estaremos abocados a seguir los pasos de los socialistas griegos…
21/10/2012
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