El gobierno de Argentina, presidido por Cristina Fernández de Kirchner, ha confirmado los rumores de los últimos días y ha anunciado la nacionalización de la empresa YPF, filial de la multinacional REPSOL, lo que ha provocado un terremoto informativo de carácter internacional y del que hay que aclarar determinados aspectos. En primer lugar, hay que poner a YPF en el mapa. Fundada en 1922, quince años después del descubrimiento de petróleo en Argentina, fue una de las empresas pioneras en el mundo como petrolera estatal e inspiró la creación de otras grandes del sector, como la brasileña Petrobras.
La compañía es la octava productora de crudo del mundo y la decimoquinta compañía energética, con operaciones en 30 países. Controla el 32% de la producción de hidrocarburos de Argentina y el 23% de la de gas. En el área de comercialización, posee el 54% del mercado de naftas y el 59% en gasóleo, con 1.618 gasolineras. YPF posee el 52% de la capacidad de refino en Argentina, aportada por tres refinerías y tiene una participación del 50 % en Refinerías del Norte, según los datos de la agencia EFE.
¿Por qué Argentina toma esta medida? El motivo que expone Argentina para nacionalizar YPF es la falta de inversión de Repsol en el país. ¡Qué casualidad! El mismo argumento que se esgrime en Canarias para que la compañía no haga prospecciones petrolíferas en Fuerteventura. Además, en declaraciones públicas, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, ha señalado que «en 2011 ha sido la primera vez, en 17 años, que se ha tenido que importar crudo por valor de 3.029 millones de dólares y además ha anunciado que la partida para 2012 es incluso mayor”.
Por tanto, primera conclusión: Argentina tiene importantes yacimientos de petróleo en su territorio y tiene que importarlo de otros países, porque la principal compañía del sector de hidrocarburos pertenece a capital privado extranjero que además no reinvierte sus beneficios en el país.
En otro orden de cosas, Repsol no es una empresa netamente española. El 52% de la multinacional es propiedad del capital extranjero. Concretamente, pertenece a fondos de inversión controlados por bancos europeos y a la empresa mexicana PEMEX. El otro 48% aproximadamente se lo reparten entre SACYR, CAIXABANK y otras empresas de capital privado. Además, no podemos olvidar que como empresa privada como tal, Repsol-YPF sólo persigue maximizar el beneficio en el corto plazo, de modo que su estrategia empresarial no tiene por qué ir de la mano de la estrategia de desarrollo social de Argentina.
En cuanto al aspecto tributario y fiscal, Repsol declara en España sólo el 25% de sus beneficios totales por todo el mundo, y en 2010 pagó impuestos aquí por valor de 949 millones de euros a un tipo impositivo efectivo del 26’8%. Otra parte lo declara en otros países donde opera y el resto los destina a paraisos fiscales.
Segunda conclusión: El Gobierno del PP no ha salido en defensa de los intereses españoles. Ha salido en defensa de los intereses de una empresa que tiene su sede social en España y que además no declara todos sus beneficios en nuestro país.
En definitiva, es una auténtica vergüenza que el Gobierno del PP esté llevando a cabo una política salvaje de recortes sociales y le pida un esfuerzo fiscal a la ciudadanía que nada tiene que ver con esta crisis que han provocado otros, y ahora venga a crear un conflicto diplomático con Argentina por defender los intereses de una empresa privada que declara la mayor parte de sus beneficios en paraísos fiscales.
Lo que ha hecho el Gobierno argentino es recuperar un sector estratégico para su desarrollo económico y con ello ha ganado capacidad de autonomía frente a los grandes lobbies empresariales. Argentina tiene derecho a decidir su futuro y explotar sus propios recursos naturales.
Lo que ha hecho el Gobierno del PP es sacar a relucir su nacionalismo cavernario y mandar a Soria a amenazar cual matón de barrio. Llevan cuatro meses en el gobierno y ya están peleados con Marruecos y con Argentina. Eso sí que genera incertidumbre para los intereses económicos de España en el mundo y no la nacionalización de YPF. ¿Cuándo veremos a algún ministro de Rajoy poniéndose gallito ante Merkel como lo ha hecho Soria con Cristina Fernández de Kirchner?
Lo que debe hacer el Gobierno es dejar de patalear cual niño malcriado exigiendo que le pongan el plato de rancho en la mesa y replantearse la conveniencia de rescatar determinados sectores estratégicos que permitirían a España tener la soberanía nacional que ahora no tiene, y que está en manos de lobbies empresariales y especuladores financieros que ahora nos apuntan a la cabeza y nos amenazan con un rescate económico que podría producir consecuencias catastróficas.
19/04/2012
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