Guayadeque Digital ha realizado una entrevista a Christopher Rodríguez sobre el artículo «De la crisis de deuda privada a la crisis de deuda soberana«, que publicamos aquí hace unas semanas, para que los lectores y ciudadanos entiendan la base primordial de las causas de la crisis global, de una forma clara y sin tecnicismos.
Está claro que el que no sabe pregunta y esta redacción, ha realizado las preguntas en base a dicho artículo publicado anteriormente, una entrevista desde el punto de vista más objetivo:
No sabemos si te contradices o reflexionas sobre lo que realmente han hecho creer a la sociedad desde el punto de vista político y como han utilizado como arma el tema de la crisis echando la culpa a la sociedad.
Con el artículo se intenta hacer un ejercicio de reflexión sobre la situación que nos ha llevado a donde estamos actualmente. Todos escuchamos en determinadas conversaciones que se tiende a resumir todo el problema en “la culpa es de los políticos”, y no es así. La situación es muchísimo más complicada y por ello se hace necesario un ejercicio de pedagogía se intenta hacer comprender al lector la profundidad del problema. El problema de España no viene por la gestión de lo público ni es un problema de tener un sector público engordado. El problema viene por la desmesurada deuda privada contraída por los ciudadanos y empresas. Hay un dato que es bastante clarificador en este sentido; Alemania tiene una deuda pública mayor que la de España y un sector público que es mucho mayor que el de nuestro país. Sin embargo, las familias y empresas no están tan endeudadas como ocurre con España.
El famoso pago de la deuda que se viene escuchando en los medios de comunicación día tras día, hace referencia precisamente a esa deuda privada que se ha ido acumulando desde el año 2002. La gestión política en su conjunto ha cometido excesos también, no podemos negarlo. Aeropuertos sin aviones, millones de euros en inversiones para carreras de fórmula uno dos días al año… y si seguimos, no acabamos. Pero esa gestión, nefasta y criticable, no es lo que nos ha llevado hasta esta situación. Son dos temas que hay que diferenciar.
La orgía especulativa inmobiliaria ¿te refieres a que machacaron a las inmobiliarias con especulaciones?
Durante los años de mayor expansión económica del país, basado en la construcción, se fabricaban más casa que en Alemania y Francia juntas, las inmobiliarias se endeudaban con los bancos por el montante total del crédito y sin haber empezado las obras y sin tener las casas vendidas. Cuando el sector funcionaba, no había problema porque ese crédito se devolvía, pero cuando estalló la crisis, y el mercado se vino abajo, las inmobiliarias y constructoras se encontraron con deudas que no podían asumir.
A su vez, la ciudadanía se endeudaba con los bancos con unas hipotecas excesivas que no iban a poder pagar y los bancos daban créditos con una facilidad pasmosa y sin tener un control de si realmente iban a recuperar esos préstamos y sin hacer previsiones contables de posibles pérdidas futuras. Todo eso lo juntas, y tienes un cóctel explosivo que cuando explotó, derivó en la situación que tenemos ahora.
Faltó responsabilidad por parte de los que estaban al frente de bancos a la hora de dar un crédito y garantizar su recuperación y faltó responsabilidad en las constructoras e inmobiliarias a la hora de endeudarse sin tener la inversión asegurada.
Por otro lado, hablas de las deudas privadas de entidades financieras, que pasa a ser deuda soberana. Efectivamente el flujo de crédito se cortó además, hablas de un activo tóxico del que las entidades financieras no reconocieron sus pérdidas o activos tóxicos porque si lo hicieran tendrían que reconocer una quiebra técnica y el sistema se vendría abajo. Te pregunto: ¿te refieres al sistema capitalista? ¿De verdad crees en este sistema económico de este país? ¿Al fin y al cabo quiénes inyectan dinero a la banca? Los políticos. Me da la ligera sensación de que en este artículo, excluyes a los políticos y la culpa es de la banca en el que incluso, parece que crees en este sistema.
En España tenemos un sistema económico basado en el capitalismo pero con una intervención del estado en determinados sectores que se consideran estratégicos. Sanidad, educación, ayudas sociales y demás. En ese sistema económico, el Estado actúa como árbitro y tiende a corregir los defectos que genera el sistema capitalista llevado a su máxima expresión, que recuerda que en su concepción teórica, defiende que el Estado no intervenga en el mercado porque el mercado se regula solo. Teoría que, con la crisis económica global, se ha demostrado que es falsa.
Que el sistema capitalista donde interviene el Estado no es la panacea, cierto. Pero con él nos garantizamos una serie de coberturas por las cuales nadie quedará desamparado. El problema grave es que de unos años hacia aquí, en España ese modelo se está cambiando hacia un capitalismo más puro en su concepción original, mediante liberalizaciones de sectores. Recordemos que en el año 1996 con la llegada de Aznar al gobierno, se privatizaron empresas públicas y sectores muy importantes. Telefónica, Iberia, el sector inmobiliario y el energético entre otros.
Cuando se ha tocado ese modelo económico, no se ha tocado para dar mayor fortaleza al Estado, sino todo lo contrario, se procura eliminar al árbitro de la ecuación. Y hago una pregunta a modo de reflexión ¿Qué ocurriría si en un partido de fútbol no hubiera un árbitro que marcara las reglas? Por otro lado, recuerda que, según las teorías keynesianas, la mejor manera para reactivar la economía, pasa por reactivar el consumo. Si la gente consume más, las empresas venden y fabrican más, y tendrán que contratar a más personal. A su vez, esas personas que entran en el mercado laboral podrán consumir más y volvemos al punto anterior, se vende más y se fabrica más.
La mejor manera para poder llevar a cabo esa reactivación del consumo pasa por el endeudamiento, y ese endeudamiento lo permite el sistema financiero. Por tanto, dejar caer el sistema financiero, es acabar con el flujo de crédito y la economía, simplemente, se pararía. ¿Qué quiero decir con esto? Que no había otra alternativa. Había que salvar el sistema financiero.
¿En qué áreas hacer los recortes y a quién aumentarle los impuestos?
Siempre he creído en el principio de solidaridad. Quien más tiene es quien más debe aportar para beneficiar a la colectividad. En este sentido, la política de reducción del déficit debe llevar aparejada dos líneas de actuación concretas. A nivel nacional y a nivel europeo. A nivel nacional hay aumentar los ingresos del Estado mediante los impuestos.
Ese aumento de impuestos deben ir a las clases altas, no podemos meter la tijera a los mismos de siempre, la clase trabajadora. Hay que incrementar los impuestos a las rentas altas, lo que significa incrementar los tipos impositivos y también crear nuevos tramos. Simultáneamente hay que incrementar los impuestos a las rentas del capital y a las empresas, amén de recuperar el impuesto de patrimonio.
Pero todo eso será insuficiente si no se combate con firmeza el sistema financiero especulativo que permite la existencia de paraísos fiscales. Hay que luchar contra el fraude fiscal, y a pesar de que en España no existe un estudio oficial sobre el tema, existen otros informes que ponen de manifiesto la magnitud del problema y que, en términos porcentuales, cuantifican el fraude en España entre el 20% y 25%, el doble que la media de la UE. En términos monetarios la cifra de cuotas no ingresadas supera los 70.000 millones de euros cada año como mínimo.
En definitiva, hay que incrementar los impuestos a las rentas altas, que consumen menos pero especulan más sin modificar mucho la presión fiscal de las rentas populares. Eso permitirá incrementar los ingresos del Estado sin que el consumo privado se vea mermado. Por otro lado, que el peso de los recortes afecte a clases medias y trabajadoras influye negativamente en el consumo. Hay que ir en la línea contraria, y ahí incluiríamos reducción de partidas en defensa, que en 2013 son 6,5 billones de euros de presupuesto. La Jefatura del Estado y la revisión del Concordato con la Santa Sede, pueden ser otros apartados revisables presupuestariamente.
A nivel europeo, hay que trabajar en dos líneas claras. Por un lado, se hace necesario poner en marcha la “Tasa Tobin”, que gravaría fiscalmente a un sistema financiero que favorece la especulación a gran escala sobre las divisas y otros activos de la economía no productiva, pero también sobre los recursos energéticos y otras materias primas, y lo que es más grave si cabe, sobre los alimentos básicos y el agua potable. Se trata de una especulación desenfrenada protagonizada por enormes fondos financieros que se mueven libremente y que, irremisiblemente, provocan grandes burbujas que acaban explotando y arrastrando a las sociedades a crisis sucesivas de la economía real.
Por otro lado, se hace necesario una modificación estatutaria del Banco Central Europeo para que pueda financiar a los Estados miembros de la Unión. Desde su creación, el BCE tiene prohibido financiar las deudas de los Estados, para garantizar su independencia y no influir en el correcto funcionamiento del mercado (teoría neoliberal).
Actualmente, el BCE presta el dinero a la banca privada a un 0,5 % de interés, y ésta a su vez, presta el dinero a los Estados al 5%, 6% y hasta al 7% de interés. Esto, en términos monetarios supone que el Estado pagará en 2013, más de 39,000 millones de euros, sólo en intereses. Si el BCE prestara el dinero directamente a los Estados, España se ahorraría en intereses aproximadamente unos 30,000 millones de euros.
¿De qué forma salvar el sistema financiero? y ¿cuál es el significado de la «Tasa Tobin», cuando dices que -gravaría un sistema financiero que favorece la ESPECULACION A GRAN ESCALA-? DEFINE ESPECULACIÓN.
La especulación, en términos financieros se refiere a toda inversión de corto plazo que solo busca obtener ganancias de capital, es decir beneficiarse de la variación en los precios. Un ejemplo práctico es el de las acciones en la bolsa. Tu compras hoy una acción de la empresa X que te vale 20 € y tienes previsto venderla en 22€ porque la empresa tiene previsto lanzar un producto que va a duplicar sus beneficios.
Bueno pues, con esa operación, estas especulando. A lo largo de los años, sobre todo en los años 80 y 90, a nivel mundial se liberalizaron muchísimos sectores económicos, lo que ha permitido que hoy día se pueda especular con cualquier cosa, desde el oro hasta las materias primas más básicas como los cereales, pasando por sectores como el eléctrico, el inmobiliario o el de nuevas tecnologías. Esa liberalización de mercados hizo que las inversiones financieras a corto plazo, las que comentábamos anteriormente, se dispararan provocando grandes inestabilidades en sectores clave para la economía.
En este sentido, hay un dato bastante clarificador; Las transacciones financieras eran 15 veces el valor del PIB mundial en 1990 y de 70 veces en 2007, según los organismos monetarios internacionales. La pregunta es sencilla
¿Cómo acabamos con eso? Pues a través de la “Tasa Tobin”. La “Tasa Tobin” no deja de ser un impuesto que le debe su nombre al economista estadounidense James Tobin, que fue quien la propuso por primera vez.
¿Cuál es el objetivo de la “Tasa Tobin”? Gravar exclusivamente a esas operaciones financieras a corto plazo que buscan especular con el mercado. Con este impuesto, que gravaría la compra-venta de activos financieros, tanto nacionales como internacionales, se conseguiría reducir las transacciones a corto plazo, castigando con dureza las transacciones financieras más frecuentes y reiteradas, cuya estrategia es puramente especulativa.
Al castigar ese tipo de transacciones, el mercado financiero se ralentizaría, y se alinearía con el mercado productivo y se conseguiría rebajar la inestabilidad de los mercados. Estaríamos hablando de un sistema financiero mucho más “realista” al servicio de las necesidades humanas y no al revés. Además, se recaudarían fondos públicos gravando operaciones realizadas por el sector financiero que no contribuye a la hora de pagar impuestos.
Aclara eso de: «Ideología Neoliberal» ¿Te refieres a algo en concreto? ¿A la sociedad? ¿a la ideología neoliberal vinculada a algún partido político?.
La ideología neoliberal se refiere a una concepción del sistema económico en el que el Estado no intervenga para nada. Donde el mercado sea el que lleve el peso de la economía y no haya sistemas de regularización. En EEUU, esa ideología se ha instaurado dentro del partido republicano a través de una corriente llamada el “Tea Party” y en España, esa ideología está instaurada dentro del PP, y tiene como cabeza visible a Esperanza Aguirre, aunque también hay Ministros del Gabinete de Rajoy como De Guindos entre los defensores de esa corriente.
Esa corriente ideológica está aprovechando la crisis para inocular en la sociedad la idea de que lo que nos ha llevado hasta aquí es la excesiva interacción del Estado en la Economía. Que hemos gastado demasiado, que se ha despilfarrado y que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Esa idea, lo único que persigue es hacer creer a la gente que el Estado sobra, cuando es precisamente esa falta de intervención del Estado lo que nos ha llevado hasta aquí.
Para los defensores a ultranza de la ideología neoliberal, la situación de crisis económica es la excusa perfecta para seguir adelgazando el estado del bienestar. Recortes en sanidad, educación y en políticas sociales, abre la puerta a la privatización de sectores, y no hace falta irse muy lejos para verlo.
En la Villa de Ingenio ya se ha privatizado el servicio de estimulación temprana para niños con discapacidad, las escuelas artísticas municipales, y ya se oyen rumores de privatizaciones en parques y jardines, en ayuda a domicilio, en gestión deportiva… Con todo ello se pretende cambiar a un modelo económico que es precisamente el que nos ha llevado a la situación actual. Quieren sacarnos de una crisis, utilizando los mismos instrumentos que nos llevaron a ella.
03/11/2012
Leave a reply