Las y los más futboleros, a los que aprovecho para mandar un saludo, recordarán que, cuando todavía no mandaban las teles en el fútbol español, los domingos por la tarde coincidían entre diez y once partidos de fútbol a la vez.
De aquellas tardes de fútbol se recuerdan las conexiones de un campo a otro, que se hacían con una señal de audio que indicaba que se acababa de marcar un gol. Era, y sigue siendo, el “Carrusel Deportivo” de una cadena de radio nacional.
Hoy día, existe cierta similitud entre aquel formato de programa de radio y lo que vemos día a día en Ayuntamientos, Diputaciones y Comunidades Autónomas. Como si de un gol se tratara, las conexiones en directo porque al alcalde de “Serranillos del Valle” lo acaban de detener o a la alcaldesa de “Porrilos” le acaban de imputar un delito de prevaricación y malversación son constantes. Eso sin contar cómo nos vamos enterando todos los días del “minuto y resultado” de los procedimientos abiertos por los “Eres” en Andalucía, las “tarjetas black”, el “caso Gürtel” y un sinfín de causas más.
Es escandaloso ver hasta qué punto ha llegado el nivel de podredumbre de un sistema que se aprovechó de la orgía especulativa y que es percibido en Europa como el problema de los europeos. La Marca España, si es que alguna vez hubo Marca España, es ahora el “chanchullo”, el pelotazo, el soborno y el compadreo. Una imagen que se retroalimenta porque día a día suena la señal de audio que nos indica que hay alguna detención en un Ayuntamiento de España.
¿Cómo combatir esto? No es una pregunta con una respuesta sencilla. Pero lo que está claro que es por algún sitio hay que empezar. Hay que tomar conciencia clara y rotunda de la importancia de eliminar estas prácticas en el seno de los partidos políticos. No se puede tolerar que el PP sea “acusado” en la trama Gürtel y todavía no haya dimitido nadie.
Se hace necesario aumentar los niveles de transparencia en todas y cada una de las instituciones y un mayor control de la financiación de partidos políticos, aunque en este punto, parece que el Tribunal de Cuentas ya se ha puesto “manos a la obra” para las próximas elecciones municipales y autonómicas. Un observatorio contra la corrupción en la que estuvieran agentes sociales que velaran por el buen uso y control de las instituciones, y por supuesto, un gran pacto de Estado entre todas las fuerzas políticas para aplicar las medidas que se acuerden, debe ser fundamental para acabar con esto.
Pero mientras esperamos que eso ocurra, lo que prevalece es contar los casos de corrupción a ver quién va primero en la clasificación. Por cierto, ¡Tenemos imputado en La Laguna! ¡Conectamos en directo con nuestro corresponsal!
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