Otro interminable día de la marmota. Sin música de fondo, sin lecciones aprendidas, con las mismas consecuencias, con los mismos resquemores y con los mismos actores. Otra vez la izquierda española fracasa en los acuerdos, las coaliciones y en los matices.
La caída de la investidura de Pedro Sánchez, por segunda vez en una semana, lleva a nuestro país a la parálisis institucional, a una política de trincheras entre partidos para repartirse las culpas del fracaso, y a un escenario de posibles elecciones anticipadas de las que la ciudadanía, que ya ha hecho sus deberes, no quiere.
Una ciudadanía cansada de esta situación y que, estoy seguro, mostrará su malestar con una abstención que puede ser histórica. En el momento histórico en el que nos encontramos, la izquierda vuelve a jugar a la ruleta rusa electoral. Nada ha cambiado desde 1933. ¡Qué lástima!
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