El anuncio de la presentación de la moción de censura en Murcia contra el gobierno de López Miras, por parte de Ciudadanos y apoyado por el PSOE, ha supuesto un terremoto político, en nuestro país, de dimensiones épicas y que ha tenido réplicas en Madrid, cuyo gobierno ha saltado por los aires, y se ha sentido en Castilla-León y Andalucía.
El epicentro del terremoto político ha sido en Murcia, pero el primer aviso se detectó en los sismógrafos tras la debacle de Ciudadanos en Cataluña, donde los naranjas dinamitaron todo el apoyo social que les llevó a ganar las elecciones en 2017. De ahí, al ostracismo social y la irrelevancia política había tan solo un paso, y por ello los naranjas lanzaron un boomerang al aire con el objetivo de cambiar su estrategia.
De entrada, el PP podría perder un importante bastión conservador si es que la moción de censura sale adelante, ya que, al momento de escribir este artículo, el PP anuncia que desactiva dicha moción gracias al apoyo de tres diputados de Ciudadanos que firmaron y apoyaron dicha moción. Huele a otro “Tamayazo” y en las filas nacionales de Ciudadanos ya hablan de “compra de votos”.
En Castilla y León, la moción de censura presentada por el PSOE no saldrá adelante y en Andalucía el gobierno no se romperá, como ya han anunciado PP y Ciudadanos. Los de Arrimadas se la han jugado todo al rojo, en una operación política que tiene visos de no prosperar y que puede suponer la enésima ruptura interna de los naranjas. El boomerang vuelve directo a la cabeza de Arrimadas y, por el momento, Casado salva un “match ball”.
Caso especial, por ser el epicentro de la política española, el caso de Madrid. La arriesgada estrategia de adelantar las elecciones, y desde mi punto de vista, totalmente innecesaria, solo puede caminar en dos direcciones.
Si al PP le sale bien y obtiene buenos resultados, tan solo le quedará VOX como partido con quien gobernar, visto los adjetivos que se han intercambiado con Ciudadanos. Por primera vez, el PP podría meter en un gobierno a la extrema derecha, y Ayuso se podría convertir en la nueva musa de la derecha y en un dolor de cabeza para Casado.
Por otro lado, ¿Qué ocurriría si el PP no es capaz de formar gobierno en Madrid? Pues que perder el bastión histórico de los conservadores podría sacudir los cimientos de Génova 13 (se vende) y poner contra las cuerdas a un Pablo Casado muy cuestionado por el sector más moderado del PP. Todo ello, dando por hecho que habrá elecciones, que esa es otra. Veremos qué ocurre en los próximos días. Mientras tanto, Núñez Feijóo, a verlas venir.