Desde el anuncio de elecciones en Grecia el 25 de enero, la posibilidad de que la fuerza de izquierda Syriza salga victoriosa en las urnas y forme gobierno se ha presentado como una amenaza para la opinión pública internacional, y particularmente para la de la eurozona.
Sin embargo, aquellos que hacen saltar la alarma saben perfectamente que Syriza anunció que no suspenderá el pago de la deuda ni saldrá del euro una vez llegue al gobierno. Syriza propone una renegociación de la deuda a escala europea y desea que Grecia permanezca en la eurozona. En cambio, Syriza se compromete a poner fin a las medidas de austeridad, injustas y antisociales implementadas por los anteriores gobiernos y la Troika.
Auditoría de la deuda.
¿Qué pasará si Syriza, una vez en el gobierno, decidiera tomar literalmente el artículo 7 de un reglamento adoptado en mayo de 2013 por la Unión Europea para los países sometidos a un plan de ajuste estructural? He aquí el texto completo del punto 9 del citado artículo 7: «Un Estado miembro sometido a un programa de ajuste macroeconómico efectuará una auditoría exhaustiva de sus finanzas públicas a fin, entre otras cosas, de evaluar las razones por las que se ha incurrido en niveles excesivos de endeudamiento y de detectar cualquier posible irregularidad».
Está claro tras una victoria electoral de Syriza, el gobierno que se forme bajo su liderazgo podría perfectamente tomarle la palabra a la Unión Europea al constituir una comisión de auditoría de la deuda con el propósito de analizar el proceso de endeudamiento excesivo de Grecia para desvelar las posibles irregularidades e identificar las partes que sean ilegales de esa deuda, y que generalmente suelen estar asociadas a excesivos pagos en intereses.
Deuda descomunal.
La deuda griega, que representaba el 113% del PIB en 2009 antes del estallido de la crisis en el país y la intervención de la Troika, que posee 4/5 partes de esa deuda, pasó al 175% del PIB en 2014. Por tanto, a la intervención de la Troika le ha seguido un aumento muy fuerte de la deuda griega.
A partir de 2010 y hasta 2012 los créditos concedidos por la Troika a Grecia sirvieron en gran parte para rembolsar a los acreedores durante ese período, a saber, los bancos comerciales de las principales economías de la UE, comenzando por las entidades alemanas y francesas. Cerca del 80 % de la deuda griega en 2009 estaba en manos de bancos comerciales de países de la UE. Entre estos, solo los bancos alemanes y franceses mantenían en torno al 50% del total de títulos públicos griegos.
Una auditoría de la deuda griega mostrará que los bancos comerciales europeos aumentaron con intensidad sus créditos a Grecia entre finales de 2005 y 2009 (los créditos se incrementaron en más de 60 mil millones de euros, pasando de 80 mil millones a 140 mil millones) sin considerar la capacidad de Grecia para devolverlos. Los bancos actuaron de manera temeraria, convencidos de que las autoridades europeas vendrían en su auxilio en caso de problema.
Políticas sociales para reactivar el consumo del país.
Desde Berlín, se han estado alimentando el peligro que entraña una victoria electoral de la formación de izquierdas Syriza, alimentando así el peligro de la salida masiva de depósitos.
Aunque Syriza es consciente de lo que puede encontrarse en caso de que se mantengan las embestidas contra la bolsa o contra los bonos, se plantea una serie de medidas «innegociables» de ayuda a los más necesitados y a impulsar la economía en los primeros cien días de gobierno.
El aumento del salario mínimo de actualmente 684 hasta 751 euros, de las pensiones inferiores a los 700 euros, el restablecimiento de la paga de Navidad o de la asistencia sanitaria gratuita, electricidad gratis y bonos de comida para los más pobres, así como un programa de vivienda para los sin techo, son algunos de los puntos principales de este programa. El coste total de este plan asciende a 13.000 millones de euros, que Syriza espera refinanciar gracias al crecimiento económico.
Es aquí donde se abre un nuevo escenario político en el que un gobierno de la eurozona, aplicará políticas económicas expansivas, mostrando a Europa otro camino para la salida de la crisis y contrarrestando el falso mensaje de que la austeridad es la salvación.
23/01/15
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