Todavía recuerdo la primera vez que me tuve que poner gafas. Fue un gran cambio. Ese día conocí el significado de la alta definición. Hay muchas personas a la que no les gusta llevar gafas, pero yo pensaba que no hay nada mejor que esos destellos que producen las luces de las lámparas y que te dejan obnubilado como en una noche de fuegos artificiales, o esa aventura que inicias cuando sales a pasear sin ellas. Un amigo, que siempre fui muy positivo, me llega a afirmar, cada vez que puede, que tener gafas tiene su lado bueno, ya que te puedes perder las cosas menos bonitas de la vida y te servirán de excusa cuando no quieras saludar a alguien. Su exquisito humor es directamente proporcional a su número de dioptrías.