La rabia, el dolor y la impotencia son los ingredientes de un silencio atronador que recorre nuestras calles.
Sentado frente al ordenador, con el corazón aún encogido y la esperanza totalmente destrozada, miro la hoja en blanco que tengo ante mí. Me quito las gafas, agacho la cabeza y me froto los ojos. Me invade la pesadumbre.
Comienzo a pulsar el teclado. Más pausadamente de lo habitual, empiezo a unir palabras. En mi mente se estructuran las ideas acerca de la doble moral política de esos, los de siempre, que exigen grandes reformas del Código Penal en momentos de gran impacto social, pero en el día a día reniegan, insultan y vejan a las víctimas de violencia de género.
Paro, leo lo escrito y borro. Empiezo de nuevo y vuelvo a parar. Me resulta muy complicado escribir en estos momentos con la frialdad que requiere un análisis serio y riguroso. Me levanto y miro por la ventana.
El jolgorio de una calurosa tarde de junio en Canarias ha desaparecido. La tristeza se adueña de unos ojos que intentan expresar lo que un rostro desencajado, oculto tras una mascarilla, no puede.
La rabia, el dolor y la impotencia son los ingredientes de un silencio atronador que recorre nuestras calles afligiendo los corazones de una sociedad rota y abatida. Hoy Canarias está de luto.
Vuelvo a sentarme ante el ordenador. La mirada se pierde en el parpadeo del cursor. Hoy, escribir sobre política se convierte en un ejercicio baladí. A mi mente solo viene la imagen de dos niñas jugando entre ellas, sonrientes y felices. Y una madre a quien la forma más cruel de terrorismo machista, la violencia vicaria, se lo ha arrebatado todo.
La sociedad en su conjunto está impactada, consternada y abatida. Es el momento de apoyar a Beatriz y estar con esa familia que está sufriendo de una manera que jamás podré llegar a imaginar ni en mis peores pesadillas. Ahora toca guardarles el máximo respeto, pero solo quiero lanzar una pregunta al aire que nos sirva de reflexión personal.
Cuando pase el tiempo ¿Seguiremos impasibles ante quienes niegan sistemáticamente la existencia de la violencia de género y obstaculizan el reconocimiento a las víctimas?