Celeste Martins Caseiro trabajaba en un restaurante que fue inaugurado el 25 de abril del 73. El 25 de abril del 74 cumplía un año y los dueños quisieron celebrar el aniversario y le pidieron que compráramos flores para la fiesta.Pero al día siguiente, por la mañana, los portugueses escucharon en la radio Grândola vila morena. La canción de José Alfonso era la señal para que los militares tomaran las calles. Los dueños del restaurante donde trabajaba Celeste decidieron que el negocio no iba a abrir porque había estallado un golpe militar. Celeste se volvió a casa con los brazos llenos de claveles, y en su camino de regreso, uno de los militares sublevados le pidió un cigarrillo.
– Lo siento no tengo. No fumo, nunca he fumado.
Celste miró a su alrededor y no había ninguna tienda, así que le ofreció un clavel. Él lo cogió y lo puso en la escopeta, de manera que le ofreció otro y lo aceptaron, y luego otro y luego otro. Nacía así, la Revolución de los Claveles.
Aquel 25 de abril de 1974, con la caída de la dictadura de António de Oliveira Salazar, la democracia se abría paso en canal por los últimos reductos fascistas de Europa, ya que la dictadura de Franco en España se encontraba en las últimas, y en julio de 1974 se daba fin a la Dictadura de los Coroneles en Grecia. Las imágenes de los soldados con claveles en las bocachas de sus fusiles en Lisboa, en símbolo de paz, reconciliación y libertad dieron la vuelta al mundo.
39 años después se cumple el aniversario Revolución de los Claveles que trajo la democracia a Portugal, en un contexto donde Europa vuelve a estar amenazada por la dictadura, la de los mercados y la troika, que está llevando a todo el sur de Europa a la miseria. 39 años después, es la hora de volver a retomar el espíritu de aquella revolución para desarrollar nuevas ideas y planteamientos desde un punto de vista global atendiendo también a las realidades más cercanas. Este aniversario de la Revolución de los Claveles nos enseña que es el tiempo de los estadistas valientes, idealistas incorregibles que generen un debate basado en acciones.
Ahora nos encontramos en un momento en el que la ciudadanía está abrumada por la situación y descontenta por la respuesta que se da desde las instituciones. La sociedad está tocada a todos los niveles, y el tsunami en forma de crisis y recortes que nos ha venido encima hace que sea difícil que la sociedad por si sola pueda generar el cambio social tan necesario. Y aún así lo intentan día a día. Me quedo con esa reflexión positiva que muestra algo de luz al fin del camino.
Sin embargo, la sociedad necesita una bocanada de aire que le ayude a seguir motivando esos cambios. Esa bocanada de aire debe llegar desde la política y desde los estadistas que planteen cómo desarrollar esos cambios exigidos y como hacerlos realidad. En definitiva, la sociedad está en un momento de debilidad y necesita un electrosock que la reactive, y ese electro debe llegar desde la política valiente y de altura. Es la hora de llevarlo a cabo.
Para quien quiera más información, le recomiendo la película «Capitanes de Abril» una coproducción europea del año 2000 escrita y dirigida por Maria de Medeiros, inspirada en los hechos acaecidos en aquel 25 de abril de 1974.
02/05/2013
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