Como no teníamos poco con la grave crisis económica y social que estamos viviendo, ahora nos desayunamos día sí y día también con el gravísimo escándalo que ha sacudido al PP y al Gobierno de Mariano Rajoy. El caso de la supuesta financiación ilegal y del pago de sobresueldos a altos cargos conservadores ha sido la puntilla para una sociedad que está abrumada por los acontecimientos.Está en tela de juicio el poder legislativo, el poder ejecutivo, el poder judicial y hasta la propia Corona. Todo, absolutamente todo nuestro sistema está bajo sospecha. Tenemos una democracia herida de gravedad en su credibilidad, y que el PP y el Gobierno de Rajoy se hayan parapetado atacando a todo el mundo y utilizando la estrategia del “y tú más”, en vez de separar a los que están bajo sospecha, no está ayudando a un sistema que pide agua por señas.
Si la trama que azota al PP se demuestra, Mariano Rajoy debería abandonar el Gobierno inmediatamente y convocar elecciones anticipadas como he comentado en artículos anteriores. ¿Para qué? ¿Para tener un gobierno de otro color político? Esa es una cuestión que tiene que resolver la voluntad popular, pero aún así, no se trata de eso. No está en juego el cambiar un gobierno por otro, no es una cuestión de colores. Se trata de reiniciar el sistema.
Ahora, más que nunca, necesitamos verdaderos “estadistas” que den un paso al frente de forma valiente y hagan una política de altura con el rumbo puesto en una “segunda transición” basada en la regeneración política, social y económica acorde con las demandas ciudadanas. Todo ello, por supuesto, bajo el auspicio de un gobierno que no esté bajo sospecha.
Regeneración Política: Son los propios partidos, desde sus bases, quienes tienen que empezar a digerir los cambios. No olvidemos que los partidos están formados por personas como usted y como yo y que tienen herramientas internas para poder promover cambios. ¿Qué cambios proponer? Existen diversas alternativas, entre ellas, la de la elección en primarias de los candidatos mediante el voto en urna de todos y cada uno de las y los militantes, así como el compromiso programático de modificar la Ley Electoral, que haga más representativo el parlamento, dándole la posibilidad a la ciudadanía que vota a los partidos minoritarios que su voz pueda escucharse en la tribuna de oradores.
Las listas abiertas cerraría el círculo de la representatividad real del pueblo y que implica, por ejemplo, que un ciudadano de Valencia que deseara apoyar al PP en las últimas autonómicas, o uno de Andalucía que quiera apoyar al PSOE, tendría la posibilidad de no votar a los candidatos imputados, con lo que el Parlamento se limpiaría de diputados bajo sospecha. Se sorprendería usted de los avances que en diferentes formaciones políticas se está haciendo al respecto.
Regeneración Social: Mediante la transparencia y la participación. Se hace necesario que se ponga en marcha una Ley de Transparencia que obligue a partidos políticos a hacer públicas sus cuentas, incluyendo donaciones y a dónde van dirigidas. A día de hoy, España es de los pocos paises europeos que no cuenta con esa ley.
En cuanto a los cargos públicos, la propia ley debe establecer la publicación del patrimonio de los diputados de manera anual, la eliminación de cualquier tipo de privilegio en forma de prebendas, que suelen ser el caldo de cultivo para el “chanchulleo” así como el endurecimiento de las compatibilidades para evitar que puedan ejercer en la empresa privada al mismo tiempo que ejercen un cargo público, acabando así con esa delgada línea roja que separa lo público de lo privado.
A su vez, se hace necesaria una modificación del Código Penal que establezca sanciones mucho más duras para delitos de corrupción y que esos delitos no prescriban. Hay que ser implacables contra la corrupción para salvaguardar nuestro sistema. El establecer mecanismos para que la ciudadanía participe activamente de la política es otra manera de reforzar la democracia.
Una primera fase podrían ser los presupuestos participativos en los Ayuntamientos, de tal manera que las y los vecinos decidan en qué invertir una parte del Presupuesto Municipal. En Venezuela y Brasil, se viene desarrollando desde hace tiempo con muy buenos resultados. Se puede completar el proceso con la disminución de las exigencias planteadas en las Iniciativas Legislativas Populares para que la sociedad pueda tener una herramienta potente con la reclamar cambios.
Regeneración Económica: Se hace más que necesario armarnos con un sistema económico que se más justo y sirva de paraguas para quien menos tiene. El futuro no pasa por un “austericidio” que reduce el consumo y por tanto, paraliza la economía, pasa por aumentar los ingresos del Estado, obligando a que quien más tenga sea el que más pague.
Existen varias líneas donde actuar. Por un lado, se hace necesario endurecer la libre circulación de las transacciones financieras de las grandes empresas mediante una tasa que grave dichas transacciones. En este sentido, el comisario europeo de Presupuestos, Janusz Lewandoswki, ha estimado que la imposición de una tasa que gravara al 0,01% dichas transacciones, podrían recaudarse en torno a 57.000 millones de euros anuales en la UE. Para que se hagan una idea de la cifra, el recorte presupuestario del Gobierno de Rajoy en 2012 fue de 36,000 millones de euros.
Por otro lado, la lucha contra los paraísos fiscales y el establecimiento de un registro de movimientos, donde se constate en cada momento hacia donde se dirige el dinero, puede ser una medida que acabe con la fuga de capitales que se dejan de declarar. Un estudio realizado por el grupo Tax Justice Network, dirigido por el antiguo economista principal de la consultora McKinsey y experto en paraísos fiscales, James Henry, ha revelado que existen entre 17 y 26 billones de euros escondidos en paraísos fiscales, que habrían aportado 230.000 millones de euros en concepto de recaudación por impuestos en todo el mundo.
Y por supuesto, poner en marcha una fiscalidad más justa, aumentando los impuestos a quien más tiene, con el objetivo de garantizar el estado del bienestar. Todo ello implica reformas de la Ley Electoral y del Código Penal. En algunos casos llevaría aparejado un cambio sustancial en la Constitución y otros puede que tengan un difícil encaje legal, pero ese es el camino que hay que seguir si queremos, no sólo garantizar nuestro sistema democrático, sino mejorarlo.
02/04/2013
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