Las elecciones legislativas en EEUU el pasado día 04 de noviembre, en la que los norteamericanos renovaban el Congreso y el Senado, ha supuesto la mayor derrota de la carrera política de Obama y la mayor derrota de un partido en el gobierno desde la II Guerra Mundial.
El Control de los republicanos en las dos cámaras deja a Obama “a los pies de los caballos” y sin capacidad de maniobra para sacar su proyecto político adelante. Es, lo que en EEUU se conoce como el “pato cojo”. La victoria republicana ha supuesto la victoria del “no” a la reforma sanitaria, “no” a la reforma migratoria, “no” a la reforma fiscal que acabe con los desequilibrios sociales, “no” a la regulación bancaria que pretendía organizar los productos financieros y “no” a la creación de la “Agencia Federal de Protección al Consumidor”. Si bien es cierto que esas son cuestiones de política interna, posteriormente analizaremos cómo influye en el resto del mundo.
Con el nuevo contexto que se plantea en estos momentos, Obama podrá gobernar por decretazo en aquellas iniciativas que no requieran obtener la mayoría de las cámaras, lo que le puede llevar a una radicalización de los republicanos que puede amenazar con no aprobarle los presupuestos, provocar un paro en la administración como ya ocurriera en 2013 o rechazar cualquier tipo de inversión estatal en lo que queda de legislatura.
Un escenario de esas características supondría un daño grave para las expectativas republicanas de cara a las presidenciales de 2016, ya que podría ser percibido por los votantes de forma negativa, con lo que es mucho más probable que se intenten llegar a acuerdos entre ambas formaciones políticas para salvar lo que queda de la administración Obama de la manera más digna posible.
Por su parte, los flamantes vencedores de las legislativas, los republicanos, van a plantear un giro radical en los posicionamientos políticos del país. Se ven como partido de gobierno y a ello, es probable que se pongan. Y ahí radica la influencia del control republicano en el resto del mundo. Un recrudecimiento de la lucha contra el “yihadismo” en Siria y Oriente Medio. Un posicionamiento mucho más contundente contra Rusia por la crisis en Ucrania, el desmantelamiento de los acuerdos con Irán o una vuelta de tuerca a las políticas de bloqueo en Cuba son quizás, algunas de las primeras medidas que serán visibles en política exterior.
Donde sí parece que habrá acuerdo e, incluso, un impulso importante, será al Tratado Transatlántico para el Comercio y la Inversión entre EEUU y Europa (TTIP). Un acuerdo que viene gestándose desde hace un año en el capitolio y que los republicanos quieren que sea una prioridad antes del final de mandato, presionados por los grandes lobbies financieros que han apostado fuerte por el vuelco electoral que se ha producido. El giro corpernicano de la política exterior que plantean los republicanos no va a beneficiar en nada a crear un clima de tranquilidad en oriente medio y puede influir en una inestabilidad de los precios del petróleo que arrastre a economías fuertemente dependientes como la española.
Por otro lado, el impulso al ITTP puede influir negativamente en nuestro país, ya que las empresas nacionales se verán obligadas a competir con empresas extranjeras, sin ningún tipo de control estatal sobre el mercado y sin un proteccionismo que haga competitivas a las empresas nacionales.
¿En qué influye esto? En que aquellas empresas que no sean competitivas porque sus costes sean elevados tendrán que desaparecer junto con todos sus puestos de trabajo y además, puede provocar una mayor brecha económica y social entre los países periféricos de Europa como España, Italia, Portugal o Grecia con respecto a Francia o Alemania y, por ende, una mayor brecha social entre ricos y pobres y entre el norte y el sur de Europa.
Por tanto, a modo de conclusión, podemos asegurar que la victoria republicana en las elecciones legislativas de EEUU supone una noticia negativa que, con total seguridad, afectará a Europa y por tanto, a España.
07/11/14
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