Bruselas se sale con la suya e impone una lista de acciones que tiene que llevar a cabo Grecia para poder optar a la financiación Europea. De esta manera Tsipras sale de Bruselas derrotado y el efecto del “Podemos griego” se va por el sumidero a las primeras de cambio.Entre las exigencias de Bruselas para Grecia, se encuentran las siguientes medidas:
Impuestos: Grecia debe reformar el IVA para luchar contra la evasión fiscal.
Sector público: El Gobierno tendrá que aprobar una ley de presupuestos, se compromete a crear un consejo fiscal independiente y un techo de gasto.
Gasto público: Grecia se compromete a introducir medidas de ahorro, entre las que se encuentra el ahorro en gasto sanitario.
Seguridad Social: Se compromete a estudiar medidas para reducir las prejubilaciones, especialmente en la banca y en el sector público.
Corrupción: Grecia tendrá que endurecer la legislación sobre la financiación de partidos. Se reformará la estructura salarial del sector público en función de la productividad.
Estabilidad financiera: Grecia se compromete a mejorar el retraso en pagos a proveedores.
Banca: Atenas usará los fondos europeos para estabilizar el sector financiero, y regulará la morosidad teniendo en cuenta la capitalización bancaria.
Privatizaciones: El Gobierno griego no dará marcha atrás a las privatizaciones ya finalizadas o que ya se hayan sometido a subastas.
Reforma laboral: Se amplía y desarrolla “el actual esquema de trabajo temporal”, en línea con otras reformas como la española.
Reformas del mercado de servicios: Atenas habla de eliminar barreras a la competitividad, lo que supone el libre mercado sin control del Estado.
En definitiva, a la primera de cambio, Syriza se acaba de estampar con el muro que impone Berlín, Tsypras ya empieza a tener detractores entre sus propios ministros y empiezan a reconocer que lo que ofrecieron en campaña, puede ser muy difícil de cumplir. Conclusión: No se puede prometer cumplir con las cosas que dependen de terceros.
25/02/15
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