El anuncio de Benedicto XVI de renunciar al Papado ha sido toda una sorpresa para propios y extraños. En su comunicado, el Sumo Pontífice ha señalado que esta decisión la ha tomado, sobre todo, pensando en su salud, la misma que no le permite desarrollar de manera apropiada su cargo.
Sin embargo, debido a los muchos problemas que ha vivido el todavía Papa durante sus ocho años de pontificado, vale preguntarse si es que acaso hay algo más detrás de esta decisión.
CASOS DE PEDOFILIA: Hay muy poco qué decir a esto que no se haya dicho ya, si bien los casos de abusos sexuales contra menores de edad por parte de algunos sacerdotes, ya eran conocidos desde el tiempo de Juan Pablo II, fue con Benedicto XVI, cuando el tema se trató abiertamente.
Benedicto XVI asumió la responsabilidad de la Iglesia en este tema y pidió perdón a las víctimas en tanto que la Iglesia dejó de proteger a los sacerdotes procesados o acusados por este tipo de delitos. Para muchos no fue suficiente, para otros, fueron los primeros pasos para buscar justicia. Lo cierto es que muchas personas cercanas al Papa sostienen que estos casos lo dañaron mucho, incluso, afectándolo aún más en su salud.
VATILEAKS: En febrero del 2012 se destapó el escándalo de los “Vatileaks” que no eran más que documentos filtrados de manera ilegal por parte de miembros y trabajadores del propio Vaticano a la prensa. Muchos de estos documentos tenían el título de confidenciales, y sólo eran leídos por el Papa Benedicto XVI.
Luego de algunas investigaciones se llegó a la conclusión de que la persona que entregó estos documentos a los medios de prensa fue el mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, el mismo que fue condenado a un año y medio de prisión por el cargo de robo de documentos, pero luego sería indultado por el propio Benedicto XVI poco antes de la Navidad.
Para muchos, todo el proceso, tanto de la filtración de documentos como de las conclusiones de las investigaciones, dejaron muchas dudas y preguntas al aire. Para muchos, el hecho de que solo una persona haya maquinado toda esta traición a la confianza de Benedicto XVI es aún muy difícil de creer. Muchos investigadores y periodistas coincidían en que los “cuervos” dentro del Vaticano eran más de uno, y que estarían involucrados en esta especie de “autogolpe” de Estado miembros mucho más importantes de la Curia vaticana.
Asimismo, se comenzó a hablar sobre una división dentro de la Iglesia Católica, entre los que estaban con Benedicto XVI y sus reformas, sobre todo con el Instituto para las Obras de Religión (IOR) también llamado Banco Vaticano, y los que estaban en contra de estas medidas, entre ellos, según especulaciones de la prensa, el propio Secretario de Estado Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone.
EL BANCO VATICANO: Justamente, uno de los mayores escándalos ocurrió en mayo de este año cuando el Vaticano decidió destituir al presidente del Banco Vaticano, Ettore Gotti Tedeschi, hombre que había ingresado a esta institución para llevar a cabo el pedido de Benedicto XVI de transparentar el IOR, sobre todo en las acusaciones por parte del gobierno de Italia, en el tema del lavado de dinero.
Para muchos, los responsables de esta salida eran aquellos que tenían cosas poco santas que ocultar y quería a cualquier costo, que las cuentas secretas del Banco Vaticano no saliesen a la luz. Algunos mencionaron incluso la figura del Secretario de Estado Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, como uno de los principales promotores de la salida del funcionario.
Lo cierto es que, días después de su salida, el propio Ettore Gotti, señaló a diversos medios de prensa que temía por su vida, que pensaba que podría ser asesinado, ya sea por funcionarios del propio vaticano o por aquellas personas que querían que la corrupción dentro de la entidad financiera, no se diera a conocer públicamente.
EL COMPLOT PARA ASESINAR A BENEDICTO XVI: Y en medio de denuncias por pedofilia, documentos infiltrados, manejos poco santos con las finanzas y cuentas del Vaticano, se dio una noticia que preocupó a más de uno, y que de alguna manera, podía a la vez, englobar todo lo descrito líneas arriba: la denuncia de un complot para asesinar a Benedicto XVI.
La noticia saltó a la prensa en febrero del año pasado. Fue el diario italiano “Il Fatto Quotidiano” que gente importante de la curia vaticana tenía planeado asesinar a Benedicto XVI para noviembre del año pasado. Esto se supo gracias a una carta enviada a inicios de enero a la Secretaría de Estado Vaticano, es decir, dirigida al cardenal Tarcisio Bertone, y también al secretario personal de Benedicto XVI. La carta contaba las impresiones del arzobispo de Palermo, Paolo Romeo, en un viaje que tuvo a China en noviembre del 2011. En esa oportunidad, Romeo señaló que conocía de un complot para asesinar al Papa en los próximos doce meses.
Pero eso no era todo, pues también la misiva señalaba que Benedicto XVI conocía sobre este hecho y que estaría preparando de manera secreta a su sucesor y confirmó el encono existente con promisorias figuras de la máxima jerarquia de la Iglesia. Lo curioso de este caso específico es que por lo menos, las fechas en que se planeaba atentar contra Benedicto XVI, y la fecha en que finalmente éste decidió renunciar (si bien la carta se hizo pública en febrero, la idea de su renuncia la tuvo desde hace mucho tiempo) no son tan lejanas. Al parecer, el hecho de que el mandato de Benedicto XVI debía terminar entre a finales del 2012 o inicios del 2013, eran claras.
Como hemos podido ver en este resumen, los casos de pedofilia; los Vatileaks; las divisiones y batallas político-religiosas dentro de la Santa Sede; los casos de corrupción del Banco Vaticano; los complots; y demás temas y casos que quizá nunca conoceremos, quizá fueron demasiado para la salud de un hombre que en abril cumplirá 86 años de edad.
Por otro lado, no deja de ser curiosa la decisión de Benedicto XVI de enclaustrarse en un convento hasta el fin de sus días, sin tener oportunidad de hablar o decir nada, por lo menos públicamente, sobre sus días como Papa, algo que para muchos resulta intrigante. Seguramente, en los próximos días conoceremos más detalles sobre lo que se esconde detrás de esta renuncia de Benedicto XVI, y sobre todo, las consecuencias que podría tener para el Vaticano y los católicos en todo el mundo.
11/02/2013
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