La contundente victoria de Rafael Correa en las elecciones presidenciales del domingo pasado en Ecuador, unido a la victoria de Hugo Chávez en las elecciones venezolanas y la profunda remodelación económica y social que se está produciendo en países como Bolivia o Nicaragua, demuestran que la Revolución Socialista del siglo XXI, no solo gana peso, sino que además es ya una realidad más que contrastada.Ecuador, un pequeño país de casi 15 millones de habitantes, había vivido durante décadas en la desestabilización política y en la pobreza endémica agravada por los efectos de fenómenos meteorológicos como El Niño a finales de los 90 y la caída del precio del petróleo, el primer producto que el país exporta. En seis años, desde su llegada al poder en el 2007, Correa le ha dado la vuelta al país como si fuera un calcetín con lo que califica de “revolución ciudadana” a imagen y semejanza de la revolución bolivariana del venezolano Hugo Chávez.
La pobreza ha disminuido en un 27%, la sanidad y la educación se han extendido notablemente, se ha creado empleo en el sector público gracias a un extensivo plan de mejora de las infraestructuras, en particular de las carreteras que ahora son el gran escaparate del progreso alcanzado en tan poco tiempo.
Los ecuatorianos ya no tienen aquella necesidad imperativa de emigrar que llevó a tantos cientos de miles a EEUU y a España. Por el contrario hoy, con la crisis que galopa entre nosotros, se ha iniciado el proceso de retorno. Con este cambio, la victoria de Correa, la tercera después de las elecciones del 2007 y del 2009, se entiende perfectamente. Ninguno de los tres presidentes anteriores logró terminar su primer mandato, y esto ya da la medida de lo muy distinto que es hoy Ecuador.
Correa ha podido emprender esta modernización gracias a un cambio de tendencia al alza en el precio del petróleo en los últimos años. Es la misma circunstancia que ha permitido a Chávez realizar sus programas sociales. También como el líder venezolano, Correa hizo aprobar una nueva Constitución para permitir su reelección, como así ha sido y poder seguir amortiguando las diferencias sociales en el país.
22/02/2013
Leave a reply