Los últimos resultados electorales en las elecciones autonómicas de Canarias, dejaron un claro reflejo de las intenciones de los canarios.
La lectura es sencilla. Coalición Canaria no puede seguir gobernando una tierra en la que lleva treinta años sin terminar de dar solución a los problemas del día a día. Ahora que la ciudadanía ha hablado, es el momento de construir una mayoría progresista que sea capaz de abrir las puertas y ventanas de unas instituciones que llevan muchos años vegentando bajo unas políticas inmovilistas.
Y ahora, más que nunca, es el momento de ponerse de acuerdo. Bien es cierto que los socialistas optan por un pacto progresista con Nueva Canarias, Podemos, y Agrupación Gomera. Todo apunta que esa línea por la que ha trabajado el líder de los socialistas canarios, Ángel Víctor Torres, puede enfriarse bastante, tras los golpes que su propio partido le asestó a Nueva Canarias, en feudos históricamente nacionalistas como Telde o Santa Lucía de Tirajana.
Sin duda, sería un error de cálculo, por parte de Nueva Canarias, poner en la misma balanza los acuerdos locales, con una oportunidad histórica de desalojar a Coalición Canaria tras tres décadas pisando las alfombras de la Avenida José Manuel Guimerá.
Otros, como los gomeros de la Agrupación Socialista, sabiéndose llave maestra del cambio, aprovechan para exigir inversiones, sillones y visibilidad. Vamos, lo de siempre, por mucho que se haya modificado la ley electoral canaria.
Por otro lado, Ciudadanos, intentando no quedarse en fuera de juego, ha lanzado estos días un órdago muy interesante, a la vez que inteligente, invitando a formar una mayoría al PP y PSOE, que sería apoyada por los liberales. La contestación del PP no se ha hecho esperar y los populares ya se han sumado, eso sí, sin que se note mucho.
La conclusión, a pocas fechas de la constitución del Parlamento de Canarias, es que todavía no hay nada claro, y Coalición Canaria, experta en jugar en el fango político, no ha dicho su última palabra.
Lo que sí está claro, es que, por primera vez en muchos años, existe una base sólida y real de cambio de partido político en la Presidencia del Gobierno de Canarias. Y ante ese hecho histórico, las formaciones políticas deben tener altura de miras, para propiciar el cambio reclamado por la ciudadanía. No pueden olvidar que, a fin de cuentas, se trata de Canarias.
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