La naturaleza es infinitamente sabia. Y cuando menos lo esperas, escuchas el piar de ese pequeño e indefenso animal que se cobija al abrigo de su madre. Y ahí está, abriéndose paso en un mudo hostil e implacable.
La naturaleza es infinitamente sabia. Y cuando menos lo esperas, escuchas el piar de ese pequeño e indefenso animal que se cobija al abrigo de su madre. Y ahí está, abriéndose paso en un mudo hostil e implacable.
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