No nos equivoquemos. Si la bancada del Partido Popular aplaudió al presidente después de anunciar uno tras otro todos los recortes que se propone hacer es porque creen en ellos. Ahora tienen la excusa perfecta, con la crisis y las imposiciones de Europa, para llevarlo a cabo, pero su intención siempre ha sido y será recortar y acabar con el Estado de Bienestar, acabando por supuesto para ello con todas las libertades y derechos de los ciudadanos para poder reclamarlos.
No nos equivoquemos. Las cargas policiales de las últimas concentraciones no son defensivas; son aleatorias, intencionadas y proactivas, para infundir el miedo en toda la sociedad, para que no se nos ocurra protestar por nada. No nos equivoquemos. El PP aplaude el recorte tanto en el tiempo como en la cuantía de la prestación de desempleo, porque si ellos pudieran, eliminarían toda prestación por desempleo.
Ello se deduce de la criminalización que de los desempleados se hace, no sólo ahora sino desde hace un tiempo, como por ejemplo asegurando que este recorte se lleva a cabo para incentivar la búsqueda de empleo en los parados, como si estuvierna en paro por gusto, holgazaneando en casa.
No nos equivoquemos. El PP aplaude la eliminación de la paga extra a los funcionarios y la reducción de su cobertura en caso de baja médica, porque el empleo público, a no ser que sea para colocar a sus amigos, les estorba lo mismo que les estorba todo lo que suene a público e intervención del Estado.
No nos equivoquemos. Ellos aplauden los recortes a partidos políticos y sindicatos porque ellos, como partido, no necesitan del dinero público, pues ya se nutren de donaciones privadas de sus amiguetes, y aquellos que no pueden financiarse con su propia riqueza son todos aquellos que les estorban, todos aquellos que pudieran enfrentarse a sus planteamientos.
No nos equivoquemos. Ellos aplauden el recorte de las prestaciones de dependencia, pues nunca han creído en ella, y los suyos no tienen ningún problema en pagar a otra persona para que cuide de sus dependientes mientras ellos acuden al trabajo, al gimnasio o a donde quieran.
No nos equivoquemos. Ellos aplauden la revisión de la jubilación pues los suyos tienen suficiente dinero para jubilarse, dos o tres veces, dinero que sacan de especulaciones financieras, patrimonio, herencias, etc. que sacan del simple hecho de multiplicar el dinero que siempre han tenido a costa de quitarselo a los demás.
No nos equivoquemos. Ellos, aunque no los veamos, aplauden las cargas policiales, pues les estorba toda protesta en contra de todas esas medidas que ellos aplauden. No creen en el diálogo ni la negociación porque ellos creen tener la verdad absoluta, el saber hacer, el como dios manda. Les estorbamos. La ciudadanía le estorba.
No nos equivoquemos. Si pudieran acabarían oficialmente con la democracia y con los derechos ciudadanos, igual que han acabado con los derechos laborales y la negociación colectiva, pretendiendo inculcar un individualismo en el que ellos mismos no creen, pues entre ellos sí que se asocian, se protegen y se cuidan las espaldas.
No nos equivoquemos. Ellos son así, y en todo esto creen. Ahora y siempre. Quizá la culpa haya sido de aquellos que se equivocaron y lo olvidaron alguna vez. Nunca más.
28/06/2012
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